domingo, 18 de noviembre de 2012

A la hora de hacer publicidad, la música vuelve a estar muy presente y toma gran importancia puesto que puede cambiar el punto de vista o el mensaje dentro de un anuncio con solo modificar la música y el sonido que lo acompañe.
En la publicidad, se consideran cuatro factores, cuatro elementos de producción dentro del sonido, los cuales poseen un gran nivel de importancia. Estos elementos son la voz, la música, los efectos de sonido y el silencio.
No nos provoca la misma sensación un anuncio con o sin música, con o sin voz. Si tomamos como ejemplo para realizar un pequeño estudio un anuncio al azar, podemos comprobar de manera clara el por qué de estas afirmaciones.
Vamos a observar, por ejemplo, uno de los anuncios más recientes de la marca deportiva Adidas. En dicho anuncio, el cual dura dos minutos, se nos presenta una mezcla de imágenes de diferentes deportes acompañados de la música del grupo Justice (música electrónica) que se funden con fuertes y puntuales efectos de sonido.
 
 
 
 
La canción comienza con pequeños golpes de música, como si estuviera cargando fuerzas para la explosión final. Mientras tanto, se nos presentan imágenes en las que podemos observar a diferentes deportistas y aficionados preparándose para el acto a través del acto de vestirse, caminando hacia el estadio o “ritos” comunes como es, por ejemplo, la imagen del equipo de rugby que se une “en piña” antes del partido. Con esta fusión audiovisual se nos prepara para la subida posterior y se nos va poniendo en situación, además de ir aumentando poco a poco la tensión y la adrenalina.
A continuación, la música cambia, se vuelve más movida y agresiva mientras comienza un juego de imágenes y efectos de sonido que nos mantiene atentos y en tensión durante la emisión del anuncio. Uno de los efectos que más se repite a lo largo del vídeo es el sonido ambiente de estadios de fútbol, centros olímpicos o el público de un concierto; con estos sonidos se añade un valor importante: el del apoyo y la fuerza que se recibe de la afición y el público. La sensación de estar en la piel de Messi en el momento que sale al estadio y toda la afición le envía sus ánimos nos lleva a un agradable estado de motivación. Disparos, aullidos, puñetazos, campanas que indican el fin del partido … son efectos de sonido que, además de añadir más información y sonido a la imagen, nos ayudan a mantener en alerta y no perder de vista la pantalla.
Tras pasar la primera fracción del vídeo, de repente la música desaparece. Una caída al agua y un estruendo se lleva la música y comienzan a aparecer imágenes de tensión unidas a un sonido que va aumentando y subiendo la tensión. La música sigue subiendo y fortaleciendo más nuestro tenso estado a la vez que la velocidad de las imágenes va aumentando para llegar al “climax” del spot. La afición se emociona y los protagonistas del anuncio celebran el triunfo. La música vuelve y podemos ver personas que celebran a la vez que otras se nos muestran derrotadas: así es la vida, unas veces se gana y otras se pierde.
 
 
“Adidas is all in”, Adidas está en todo, en todas partes, en todos los deportes, en cada momento de victoria o derrota.
 
 
 
De esta forma se ha conseguido que, sin una voz, sin una sola palabra que nos cuente nada a lo largo de estos dos minutos podamos entender a la perfección el mensaje que se nos quiere transmitir; además de conseguir que el espectador se mantenga atento a lo que se le muestra con el exitoso juego creado entre la música, sus cambios de ritmo y los efectos de sonido.
Pongámonos por un momento en la situación de que dicho anuncio no tuviera sonido. Tan fácil como activar el mute al spot para comprobarlo. Sin duda pierde todo su atractivo: ese disparo que no suena, esa afición que parece muda, una caída que no se escucha, un puñetazo que parece no ser tan fuerte como lo parecía con sonido … Y, por supuesto, esa música que acompañaba a las imágenes y que nos activaba fuertemente. Además, es obvio que el anuncio hubiera cambiado mucho su composición final de hubiera hecho otra elección completamente diferente de la música, sustituyendo la música electrónica por una canción pop, de música clásica o folk, por ejemplo.
Sin duda este es un ejemplo bastante claro para comprobar la importancia de la música para transmitir sensaciones, en este caso en la publicidad, y la facilidad con la que se puede suprimir el relato a través de la voz y se sabe sacar todo el partido de la música y los efectos de sonido precisos.
Podemos entonces decir que el tándem que se crea entre música y publicidad suena a éxito seguro. A menudo se utilizan canciones clásicas, conocidas por la gran mayoría de la población de manera real o bien modificando su letra para crear juego con eslóganes u otros mensajes las cuales resultan tan graciosas y pegadizas que nos es imposible evitar grabarlas en nuestra mente y que pasen a formar parte de la imagen de marca que tenemos sobre una empresa, marca de ropa o compañía de seguros.

 
 
 

1 comentario:

  1. Como decís, la música es un componente muy de peso para la mejora y el impacto del anuncio. Este concepto junto con otros que vamos a desarrollar pertenece a una idea general que se denomina “marketing de los sentidos”.

    Tal y como nos contáis en esta entrada, la música es un buen acelerador de reconocimiento (como podemos ver en las campañas de publicidad de verano de las marcas de cerveza). Incluso conocemos músicos que por problemas de dinero han encontrado en la publicidad un nuevo canal de negocio.

    Sobre esta idea queremos avanzar un poco más; analizar y comentar que ya hay empresas con una implantación mundial que no han buscado una canción en un momento dado, sino que han armado una canción para ser la voz de su firma y si esta empresa está instalada en el resto del mundo, retocan la música y la acercan a la cultura del país en el que están ubicados.

    Desde hace muchos años escuchamos los primeros compases y automáticamente reconocemos la firma comercial, como por ejemplo, el Corte Inglés (hace años), hoy, el Banco Santander, etc.

    La música es tan importante en la publicidad que tiene su propio apartado en el marketing. El concepto de “jingle” ha sido una fórmula de testado éxito y que ninguna marca puede prescindir. Estamos seguros que en muy poco tiempo este “marketing de los sentidos” absolutamente aferrado en la música se abrirá a nuevos canales para la publicidad, como puede ser el olor.

    La música generalmente va muy pegada al espíritu de las marcas. Las consabidas y famosos anuncios de cerveza, lógicamente explotan una música desenfadada, simpática, pegadiza ... esencialmente positiva (de relación social). Cuando una firma tiene una actividad más personal, como por ejemplo, asuntos médicos, ONGs (Unicef, Cruz Roja, etc) se utiliza una música más rebajada en intensidad del anuncio, con un volumen menor; es decir, hay una relación entre el espíritu del anuncio y su música.

    Federico Fernández Blanco y Pilar González Roldán

    ResponderEliminar